miércoles, 25 de abril de 2012

Entre risas y complejos.

Otra pelea. Está cansada de que sus amigos lo único que quieran, es que ella lo vaya a ver ese día. ¿Por qué no entienden lo que ella misma piensa? Se lo ha repetido mil veces, pero nunca entrarán en razón. ¡Que no quiere ver como defrauda a ese chico! Pero no va a negarlo, sí que se ha imaginado más de una vez, cuando se va a dormir y deja de ocultar que se pasa el día pensando en él, su mente empieza a fabricar esa imágenes que hacen que no pare de sonreír. Salen los dos besándose. Pero ella no quiere verlo por muchas razones. Se odia a sí misma. ¡Pero no puede hacer nada, no más de lo que intenta! No quiere ver que cuando sepa que es ella, esa chica fea, bajita y con esa asquerosa nariz... No, no lo va a consentir. Y sonríe de nuevo. Está deseando que llegue ese día para ver todo ese mensaje... Se lo ha prometido, cada vez que vaya a imaginarse algo juntos, pensará en el físico de ella. Y por fin... Termina dormida, entre llantos por ser tan imperfecta y por no poder enfadarse con él por no decirle 'yo estaré allí, te lo juro' sino, enfadándose consigo misma, por no conseguir lo que se propuso ese 2012: ser feliz.


Carlos refunfuña levemente. Llevan andando media hora solo para que su mejor amigo se decida a contarle lo que ha pasado. Gracia estaba hablando con esa persona con la que tantas horas habla por internet y que solo David sabe quién es. La verdad es que nunca se ha interesado por saber quien era.
- ¡Que me lo cuentes ya, joder, que me estás estresando!
- Me he enamorado.
- ¿Y para eso, me has traído tan lejos? ¡Chaval, estás muy loco, eh!
David comenzó a reírse, no podía evitar reírse cada vez que veía como se ponía su mejor amigo. Era divertido. Pero esta vez, se puso más serio de lo normal.
- Vale, y ahora que lo sabes, ¿qué te ha pasado todos estos días?
- ¡Ah, que es verdad encima! - alza una ceja, mirando a su amigo.
- ¡Pues claro que si, chaval - y recalcó esa palabra, imitando al otro chico - pero no me cambies de tema!
- No me han cogido, David... Y ahora, tengo que trabajar como camarero en aquel bibliocafé.
- Bueno, ¡míralo por el lado bueno, te sabes mi café favorito! - y soltó una carcajada. A su mejor amigo no lo habían cogido en la biblioteca, pero a su parecer, el bibliocafé estaba mucho mejor. ¡Y allí es donde se conocieron la primera vez, compitiendo por un donuts!
- ¡Pues que sepas, que por tu culpa, voy a llegar tarde mi primer día!
David, abriendo los ojos como platos, buscó a tientas la llave de la moto. Pero era una tontería, ya que habían ido andando...
- ¡Pues como no nos transportemos!
Y los dos, empezaron a reírse a carcajadas. Continuaron con el paseo, pero esta vez hacia el lugar de trabajo de Carlos. Pero...


Había intentando hablar con él de todas las formas posibles. En el recreo, por msn, por tuenti, mencionándolo en twitter... Nada de nada. En el recreo, él salía del instituto. Por msn, cuando veía que se conectaba, se iba él. Por tuenti, se iba del chat al verla a ella. Y twitter... No, ni por ahí. Pero había de nuevo una reunión sobre el campamento.
Carmen se giró hacia su mejor amiga, aquella pelirroja de baja estatura, pero que siempre estaba sonriendo.
- Carol... ¿Por qué el otro día dijiste que teníamos plástica, si ya estamos en 3º?
- Pues porque me equivoqué... Y cómo el profesor nos había citado, pues recordé los viejos tiempos de 2º. -Y ríe, encogiéndose de hombros, porque sabe de sobra que 2º estaba ahí al lado, que no había pasado tanto tiempo.
- ¿Va a venir Pablo a la reunión...? Como es el delegado de su clase y ellos también participan con nosotros...
Carol se puso tensa. Cuando Pablo le contó todo lo que había ocurrido con Carmen, no pudo nada más que darle la razón a su hermano mayor. Pero carmen, tampoco hizo nada por contárselo.
- Lo siento, Carmen...
-¡Puto olor a porro! - soltó, sin más, Pablo, al pasar por el pasillo que llevaba a las escaleras de la última planta. Vio a las dos pequeñas y les sonrió. Pero no miró a Carmen y le comentó algo a su hermana, en el oído, haciendo que ésta estallase en carcajadas. Carmen estaba esperando que se lo contara, pero Pablo, sonriendo de lado, se acercó y le susurró en el oído. - No te lo cuento, que te pones "mala" y te vas con otras personas. - le guió y entró en la clase.
- Muy buenas tardes, señores. Venga, sentaros que una vez que acabemos esta charla, os dejo salir antes del instituto. - todos tomaron rápidamente asiento, como poseídos por aquellas palabras. El profesor sabía hacerlos callar con avidez - El día se acerca. Como bien recordamos aquel día, vais a ser los monitores de un campamento. Las personas que van a acudir, son mayores que vosotros. Cada dos días, haréis una fiesta. Cada una, tiene que ir con un tema predestinado. Tendréis que ocuparos de que todos sepan los horarios de las cosas y de que se lo pasen lo mejor posible. Y a partir del día 22 de Junio, os vais a Londres.


Os tenemos que proponer algo... - Estaban en total como unas 120 personas en el S.U.M. del instituto. Aquella tarde Gracia, Carlos y David, estaban hablando más de lo habitual, pero a los tres, como si el destino quisiera que estuviesen atentos, les dio un pitito de esos odios en el oído. Así qué, se callaron. - Vais a participar los 120 en un campamento. Todo pagado. Fiesta cada dos noches. Pero tendréis que hacer caso, un mínimo, a gente más pequeña que vosotros. - todos se quedaron pasmados, aquellas proposiciones no se oían todos los días. Pero todos accedieron, pensando que se lo pasarían genial. He incluso habrían terminado los exámenes, qué mejor forma... Y la verdad, es que sí, sí que se lo iba a pasar bien.


jueves, 5 de abril de 2012

"No vale la pena sonreír"

Cuando eres pequeña, todo siempre te parece más fácil. Tus únicas preocupaciones, son; a qué juego jugar, qué vas a comer y elegir los dibujos que tocan ese día. Tus padres discuten, pero tú estás en otro mundo, jugando con tus juguetes. Lo malo, es que sin importarle al tiempo tu felicidad, empieza a correr. Llegas a una edad, que esas discusiones te hacen parecer débil y lloras desconsoladamente todas las noches. Sigues llorando porque no te gusta nada de tu cuerpo o de ti misma y después solo sabes sonreír ante la gente, fingiendo una sonrisa que hace años no sale de verdad.


No le gusta que la llamen "sabelotodo" por el simple hecho de que la hayan ascendido un curso más. No le gusta estudiar, más bien lo odia. Quién lo diría, con esas notas. Pero siempre ha tenido en mente una cosa : los estudios me van a sacar de este infierno. Por eso estudia, no soporta a sus padres. Y está decidida, la universidad va a ser lo más lejos posible de su ciudad natal, la cual adora.
Está encerrada en su habitación, en la cama, con el portátil abierto y la música algo alta para no escuchar las peleas que tienen sus padres, "por su culpa". Lo único que le alivia, es esa chica que tiene en frente de la cámara.
- ¿Otra vez están igual?
No contestó, estaba haciéndose una trenza y como sabía que la otra chica la estaba mirando, se encogió de hombros, como quitandole la verdadera importancia que eso tenía.
- Te voy a contar algo que muy poca gente sabe de mí, creo... Que solo lo sabe mi hermano.
Gracia siguió mirando la pantalla, expectante por lo que aquella chica le iba a confesar. Se conocían desde hacía dos años, donde se conocieron por una red social por pura casualidad y de ahí... Comparten todo, pero al distancia les perjudica, por lo que no se han visto nunca.
- Un segundo, Gracia. - Colocó de banda sonora la canción de "Caricias a tu espalda". Aquella canción era la que compartían ambas chicas. - ¡Venga, que empiezo! ... Hace tiempo, mientras miraba las estrellas, pensé, ¿a la gente le gustaría un bibliocafé? Imagínate, la gente va a leer y se toma un café o un donut... - Cada vez, iba bajando más la voz, hasta que casi era a penas audible.
- Me gusta esa idea... - Asintió, sonriendo. Aunque era cierto, que su amiga la había sacado de un libro, pero no le iba a quitar la ilusión.


"Hay días en los que es mejor no despertarse."
Habían pasado el día en el Skate-Park. Pero las cosas no habían salido como ellos habían planeado en silencio, cada uno desde un lado de la ciudad, aquella noche, después de que ella se enterase de verdad que Pablo estaba por ella. Porque aquel día en el que él no fue capaz de decírselo, sino que la invitó a comer, se volvió a conectar y se lo soltó todo en un segundo.
Y allí habían estado tres días después. El día en el que él sería capaz de besar a Carmen, de robarle el primer beso a la chica, pero nada fue como un cuento de hadas.
-¡Carol, que me voy, que hoy es mi gran día!
-¡Mucha suerte y pasadlo bien!
Cuando Pablo llegó, estaba bastante nervioso por lo que podía pasar a continuación, así que cogió la tabla de skyte y empezó a patinar por un rato. Pero cuando volvió, que iba a sentarse con un grupo de amigos que habían ido por su cuenta al recinto, el patinete se le cayó de la mano...
- N-no puede ser... - murmuraba.
Ese día iba a ser realmente perfecto, no entendía porqué, ella, ahora estaba en los brazos de otros. ¿Qué había hecho mal? Había llegado con media hora de antelación, se había olvidado de su vergüenza y se lo había dicho... ¿Qué más quería de él?
-¡Pablo!
- ¿Carmen?
Los nervios le habían jugado una mala pasada. Solamente había visto un pelo idéntico al de la chica, y ya se había pensado que... Negó y la cogió de la cintura, dándole dos besos. El verdadero, era para el final.
Pero sin embargo, cuando estaba a punto de contarle todo el plan a la chica, ésta le dijo que se encontraba verdaderamente mal, que la perdonase pero que se iba. Quedaron incluso para el día siguiente, pero a la vuelta de casa de Pablo, la vio sentada en un bar, riendo y de todo.
Hay veces, en que las personas de dentro, desearían que los cristales fuesen tintados como los de los coches, pero esta vez, Carmen tuvo que llorar en silencio, viendo como el chico que le había dicho todo lo que sentía tres días atrás, se iba, dolido...